Objetivo: ciudades más verdes

Propuestas de urbanistas y arquitectos para fomentar del uso de la bicicleta en la ciudad

La movilidad urbana se está diversificando cada vez más: furgonetas, motocicletas y coches eléctricos son cada día más frecuentes en la trama urbana, al igual que patinetes eléctricos, hoverboards y bicicletas eléctricas; y todos ellos deben convivir con otros medios de transporte de tracción humana más tradicionales como las bicicletas, los skates o los patines de línea. Sin embargo, en las ciudades acostumbra a haber solo tres tipos de áreas de tráfico diferenciadas, en las que hay que acomodar la totalidad de estos medios de transporte tan diversos y de velocidades diferentes: la calzada, la acera y, con suerte, un carril bici en la mitad. En la mayoría de los casos, los carriles bici forman parte o bien de la calzada o bien de la acera, o una combinación alterna de las dos. Generalmente son un añadido posterior que roba espacio al tráfico rodado o a los peatones. Pero la demanda de infraestructura para bicis urbanas está creciendo, precisamente debido al aumento de la popularidad de estos vehículos y a la aparición de otros tipos de dispositivos personales de transporte.

A raíz de esto, existen ya algunas muestras de infraestructura para bicicletas urbanas diseñadas con esta finalidad desde su concepción, tal y como se puede observar en los siguientes ejemplos. Se trata de proyectos tan variados como aparcamientos para bicicletas, puentes sobre agua o carreteras e incluso un sistema de tracción para ayudar a los ciclistas a subir una cuesta. Algunas propuestas son lúdicas y otras futuristas, pero todas son prácticas y necesarias.

Equipamiento para guardar bicicletas de VMX Architects en Ámsterdam

Equipamiento para guardar bicicletas de VMX Architects en Ámsterdam

Aparcar las bicicletas de forma segura es un problema en muchas ciudades, por lo que a finales de 1990 el ayuntamiento de Ámsterdam decidió encargar un equipamiento para bicis urbanas con esta finalidad delante de la estación central de tren, donde la demanda de plazas superaba a la oferta. VMX Architects diseñó una estructura en rampa construida al lado del canal con espacio para aparcar 2.500 bicicletas. Su forma alargada, la suave pendiente y las curvas de horquilla facilitan la subida al aparcamiento de tres plantas. Desde el último piso, un mirador ofrece vistas espectaculares a la ciudad.

Puente Nesciobrug, diseño de Wilkinson Eyre Architects, en Ámsterdam. Imagen: © Rob’t Hart Fotografie

Puente Nesciobrug, diseño de Wilkinson Eyre Architects, en Ámsterdam. Imagen: © Rob’t Hart Fotografie

También en Ámsterdam, el puente Nesciobrug, de Wilkinson Eyre Architects, es otra impresionante infraestructura para bicicletas urbanas. Este puente suspendido cruza el canal de Ámsterdam Rhine que conecta la ciudad con el nuevo barrio periférico de Ijburg. Tiene una envergadura de 170 metros y deja una tolerancia de 10 metros para el tráfico marítimo que transcurre por debajo. Al conectar con la tierra firme, el puente se divide en dos y minimiza la pendiente con unas rampas curvas que facilitan el ascenso de los ciclistas al puente, parecidas a las entradas típicas de las autopistas.

El carril de bicicletas Bicivia 7 de Barcelona es un proyecto de Batlle & Roig Arquitectes

El carril de bicicletas Bicivia 7 de Barcelona es un proyecto de Batlle & Roig Arquitectes

Bicivia 7 es un nuevo carril combinado para bicicletas y peatones que supera las barreras viarias de la Ronda de Dalt y de la B-23, de Barcelona. A pesar de que solo tiene 800 metros de largo, esta infraestructura posibilita la conexión en bici urbana o a pie desde la vecina ciudad de Esplugues hasta la zona universitaria de Barcelona. Diseñada por Batlle & Roig Arquitectes, la Bicivia 7 discurre por encima y por debajo de viaductos y varias salidas de la Ronda para salvar estos pasos. A lo largo del camino, se han dispuesto bancos para descansar y se han plantado árboles que ofrecerán sombra en verano.

El Cykelslangen, o Serpiente de Bicicletas, de Copenhague, de Dissing and Weitling Architects. Imagen: Rasmus Hjortshoj

El Cykelslangen, o Serpiente de Bicicletas, de Copenhague, de Dissing and Weitling Architects. Imagen: Rasmus Hjortshoj

El Cykelslangen, o Serpiente de Bicicletas, es un sinuoso carril elevado de casi 6 metros de altura exclusivo para bicicletas en el frente marítimo de Copenhague. Diseñado por Dissing and Weitling Architects, conecta una zona comercial con un puente para bicicletas y peatones que cruza el Puerto Sur, por encima de unos baños públicos. El principal objetivo de este carril elevado es separar en vertical a los ciclistas – que circulan a bastante velocidad – de los bañistas y los peatones que pasean por la zona comercial. Para mitigar la pendiente de ascenso a la vía, su diseño adquiere forma de serpiente, lo que la ha convertido en una de las estructuras más icónicas de Copenhague.

Rotonda en suspensión para bicicletas Hovenring, de ipv Delft Design Agency. Imagen de Delft Henk Snaterse

Rotonda en suspensión para bicicletas Hovenring, de ipv Delft Design Agency. Imagen de Delft Henk Snaterse

La rotonda en suspensión para bicicletas Hovenring, un proyecto de ipv Delft Design Agency, es otro ejemplo de infraestructura que separa verticalmente la circulación de las bicis urbanas, pero, en este caso, respecto al tráfico rodado. El puente circular de 72 metros de diámetro está suspendido por veinticuatro cables que cuelgan de un mástil central de 70 metros sobre una intersección vial con mucho tráfico. La separación en vertical regula el tráfico de vehículos, tanto de automóviles como de bicicletas; el único inconveniente es que la calidad del aire justo encima de la rotonda deja mucho que desear y a los pobres ciclistas les llegan los gases y el mal olor.

Ascensor para bicicletas CycloCable, en la ciudad noruega de Trondheim. Imagen: Alamy Stock

Ascensor para bicicletas CycloCable, en la ciudad noruega de Trondheim. Imagen: Alamy Stock

El ascensor para bicicletas CycloCable, diseñado por Jarle Wanvik en 1993 y reconstruido en 2013 por la empresa Poma Skilift, es un remolcador por cable casi imperceptible incorporado en el bordillo de la acera. Está pensado para ayudar a los ciclistas a subir una empinada calle de la ciudad noruega de Trondheim. Todo lo que debe hacer el ciclista es detenerse al lado de la caseta donde se aloja la maquinaria, poner el pie derecho en un pedal de metal y darle al botón de arranque, de modo que el pedal empieza a subir la cuesta, empujando al ciclista, que lo único que debe hacer es mantener ligeramente el equilibrio. Con un poco de práctica, los nuevos usuarios se acostumbran en seguida. Dicen que es una de las atracciones turísticas de Noruega más visitadas.

En resumen, todas estas infraestructuras para bicis urbanas comparten una intención similar: facilitar el uso de bicicletas y otros dispositivos de transporte personal y conseguir que sea más seguro y más agradable para que, al fin y al cabo, mejoremos entre todos la calidad de vida en las ciudades.

Imagen principal: carril de bicicletas Bicivia 7, en Barcelona, diseñado por Batlle & Roig

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